Teoría
atómica de Bohr-Sommerfeld
El modelo atómico ideado por Ernest Rutherford a
principios del siglo XX describía el átomo de hidrógeno como un sistema
compuesto por un núcleo masivo de carga eléctrica positiva y dimensiones
mínimas en torno al cual se movía un electrón negativo. Cuando este modelo se
mostró insuficiente, Niels Bohr introdujo una serie de postulados cuánticos que
establecieron un nuevo marco conceptual para el desarrollo de la teoría
atómica.
El modelo atómico de Bohr funcionaba muy bien para el
átomo de hidrógeno, sin embargo, en los espectros realizados para átomos de
otros elementos se observaba que electrones de un mismo nivel energético tenían
distinta energía, mostrando que existía un error en el modelo.
Bohr supuso que el electrón sólo puede describir ciertas
órbitas circulares alrededor del núcleo.
El físico alemán Arnold Sommerfeld (1868-1951) completó
este modelo atómico de Bohr considerando que las órbitas descritas no eran
circulares, sino elípticas.
En 1916, Sommerfeld perfeccionó el modelo atómico de Bohr
intentando paliar los dos principales defectos de éste. Para eso introdujo dos
modificaciones básicas: Órbitas casi-elípticas para los electrones y
velocidades relativistas.
La excentricidad de la órbita dio lugar a un nuevo número
cuántico: el número cuántico azimutal, que determina la forma de los orbitales,
se lo representa con la letra l y toma valores que van desde 0 hasta n-1.
Las órbitas con:
l = 0 se denominarían posteriormente orbitales
"s" o Sharp
l = 1 se denominarían "p" o principal.
l = 2 se denominarían "d" o diffuse.
l = 3 se denominarían "f" o fundamental.
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